Tenés buenas reseñas.
Y vos te alegrás, obvio.
Pero no lo mostrás.
¿Sabés qué está pasando ahí?
Estás dejando ventas sobre la mesa.
Porque no hay mejor contenido que un cliente feliz.
Eso que a vos te llega por privado, a otros les puede dar el empujón para comprar.
Mostrar reseñas no es autobombo.
Es prueba social.
Es confianza.
¿Y si se ven desprolijas? ¿Y si no sabés cómo diseñarlas?
No importa.
Lo importante es que sean reales.
Como esta:
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