No, el desafío no es solo ese, sino crecer de manera sostenible.
Si tu equipo no está preparado para manejar ese crecimiento, las cosas pueden desmoronarse.
Por eso, dedicar tiempo a estructurar procesos antes de escalar es clave.
Las empresas pequeñas tienen una gran fortaleza: su cercanía con el cliente.
Ese contacto directo, aunque demande más tiempo, ofrece insights valiosos para ajustar tu estrategia y diferenciarte de la competencia.
Sin entender lo que tus clientes realmente quieren, lo que valoran y lo que les genera frustración, es imposible construir una marca que conecte y crezca de forma sostenible.
Eso es lo que diferenció a Morin, nuestro último caso de éxito, de su competencia.
Supo escuchar a sus clientas y crear el producto que ellas querían.
Si todavía no escuchaste la entrevista que hicimos, hacé clic acá.
Te veo ahí,
Rodri.
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