La frustración es simple: es la distancia entre el objetivo que te pusiste y el lugar al que realmente llegaste.
El problema no es el esfuerzo, es la expectativa que te pusiste.
Si te ponés un objetivo demasiado grande, lo más probable es que te frustres y te quedes paralizado.
Si no te desafiás en nada, te vas al otro extremo: no creces y terminás dudando de vos.
El punto está en encontrar ese balance entre desafiarte y no sobreexigirte.
Si no te exponés, si no te animás a moverte…
¿Cómo vas a demostrarte que podés?
En Ecodiem y Everest Media, vemos esto todo el tiempo, por eso podemos ayudarte a entender cómo planificar ese crecimiento.
Además, vas a tener una comunidad y un equipo de expertos donde apoyarte en los momentos difíciles.
Acá te explico cómo lo logramos.
Buen martes,
Rodri.
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