Siempre lo digo: los negocios que realmente sobresalen son el resultado de un buen equilibrio.
Entre la capacidad del fundador de gestionar y lo que la marca le aporta al mercado.
Podés tener una gran idea.
O ser muy hábil para manejar el negocio.
Pero cuando se juntan las dos, ahí es donde pasan cosas en serio.
Ahí es cuando dejás de sobrevivir y empezás a liderar.
A veces veo emprendedores muy capaces, pero con un producto o servicio más del montón.
Y sí, venden. Se mantienen en el top 20%. Pero no terminan de despegar.
Por eso es clave hacerte esta pregunta:
¿Tu marca realmente aporta algo diferente?
¿Estás construyendo algo que merezca sobresalir?
Si la respuesta es sí, asegurate de tener las herramientas para llevarla a su mejor versión.
El potencial está.
La pregunta es: ¿vas a quedarte en el promedio o vas a apostar por más?
Ellos eligieron la segunda opción.
Buen lunes,
Rodri.
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